miércoles, 9 de mayo de 2012

¡Porque ser un número es tan complicado...!

    ¿Qué pasa cuando un cuatro se parte por la mitad? Pues que en lugar de un cuatro muerto tenemos dos doses vivos. ¿Y si le restamos uno? Nos queda un tres acomplejado. El diez cree que es un privilegio ser el doble de cinco, pero no soporta ser la mitad de veinte, mientras que el dos con aspiraciones se pasa el día haciendo pesas en el gimnasio para convertirse en un tres. Los números, en fin, siempre tienen miedo a ser sumados, restados, multiplicados o divididos.

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